La mente de los seres humanos se caracteriza por construir historias para contar sobre su vida y sobre todo para explicar sus emociones. Hay una necesidad por relacionar los eventos cotidianos a un estado emocional y hacerse un cuento de ello. Por ejemplo, una paciente relacionaba sus ataques de ansiedad a problemas ginecológicos porque al tiempo que tenía su menstruación tuvo un terrible ataque. Después me contó que además iba en camino al aeropuerto después de haber pasado un mes de vacaciones con sus padres. ¿Qué había omitido en su historia? El vacío que sintió al separarse de los padres. En lugar de sentir tristeza por la separación, sintió ansiedad y la asoció a su copiosa y desmesurada menstruación. La omisión de esa parte de la historia nos llevó a pensar en su miedo a sentir tristeza. Es curioso que muchas personas le tengan miedo a sentir tristeza cuando esta emoción es la “sabia” de entre las emociones. Es la única que nos lleva a reflexionar, siempre y cuando no esté acompañada por ansiedad. Cuando esto ocurre habrá que investigar si la ansiedad se une a la tristeza cuando hay miedo a sentir el dolor de la pena. ¿qué opinas?